Quand la lune tombe comme une enclume au-dessus de
nos têtes et que le bitume nous traîne dehors comme des coque-morts, la lune laisse apparaître le vrai visage des gens.

sábado, 26 de julio de 2008

Cuesta crecer, cuesta mucho. Elegir uno de los tantos caminos alternativos y paralelos que te dejan un gusto de inseguridad porque nunca vas a poder saber que hubiese pasado si elegías otro. Es jodido tomar desiciones y hacerse cargo. Afrontar las consecuencias con un nudito en la garganta, porque casi siempre las consecuencias se afrontan de las maneras más cobardes. Pero está bueno también saber que por primera vez en tu vida vos y solo vos vas a elegir en que camino apoyar tu pie, y respirar hondo, otra vez, volver a respirar por tercera vez y entonces abandonarte a la acción de adelantar el cuerpo, pasar el peso a la otra mitad, y apoyar el otro pie (esos dos pasos son los más jodidos). El resto es continuación por inercia, y se hace un poco más placentero y hasta hay quienes se animan a caminar con una sonrisa, y porque no silbando bajito alguna canción de Bob: no woman, no cry.

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Subiré al cielo, le pondré gatillo a la luna
y desde arriba fusilaré al mundo, suavemente,
para que esto cambie de una vez.