Quand la lune tombe comme une enclume au-dessus de
nos têtes et que le bitume nous traîne dehors comme des coque-morts, la lune laisse apparaître le vrai visage des gens.

miércoles, 9 de julio de 2008

Se que a veces echas de menos que te dedique palabras. No de las que felizmente te dedico cada día sino algunas de las de cuento o de poema. Pero esas me resultan ahora como la moneda emitida por un régimen derrocado: una curiosidad. Con esas palabras, es cierto, vestí la soledad hasta que, como una vieja rica, se conformó con su falso atractivo. Pero llegaste tú para vestir todo de cierto y las palabras que antes lucía tienen ahora el mismo brillo que los trofeos de un atleta retirado. Contemplarlas ahora con orgullo resulta patético. Pero basta que tu me pidas palabras para que abra la vitrina y te regale algunas. Como te regalo mi tiempo todo. Como te regalo mi vida entera.

Subiré al cielo, le pondré gatillo a la luna
y desde arriba fusilaré al mundo, suavemente,
para que esto cambie de una vez.